miércoles, 21 de mayo de 2008

El click de la Princesa.



Sorpresivamente la cabeza de la princesa de los castillos grises hizo un click.
Se levanto un día, y decidió hacer su vida diferente.


Tomo entre sus objetos mas preciados, las fotos amarillas que guarda en su mente, que también, se transformaron en amplios y maravillosos recuerdos dorados. Los anudo con un lazo rojo y coloco una rosa roja recién nacida con ellos. Los planto debajo de aquel arbusto de altas flores que había regado infinitamente con destellos celestes que caían irremediablemente de sus ojos a través del tiempo... era hora de renacer.


Su vida se había transformado. La cólera se hacia amor de nuevo... Mutaba como aquellas cosas a las que les hace falta un flash back, aunque esta historia no tenia nada que ver con volver a los orígenes, sino con el hambre de conocimiento...


Alguien muy sabio dijo una vez: - el amor es lo único que no requiere experiencia, es el sentimiento más puro de todos – pero de nuevo... Esta historia no tenia que ver con el amor… sino, con el personaje por siempre antagonista del mismo.
La princesa debía aprender a no amar.



Y a pesar del tiempo, que caía sin cesar delante de sus pupilas, la paciencia se apoderó de sus ganas. La necesidad de estabilidad iba decreciendo con el pasar de los kilómetros en su larga caminata hacia su castillo gris, quizás por que la luz y la esperanza de la existencia de tal idílica fantasía de vivirla se iba apagando lentamente.
17/01/08
Madrugada de verano.

1 comentario:

pedro patzer dijo...

el pan de palabra, alimenta parnasos y caminos, su palabra ensaya castillos de nocturnidades, nidos de aves imaginarias, valses que tarearean ciertos dioses en el silencio

siga escribiendo Wendy!!!