lunes, 15 de septiembre de 2008

Viaje en vias propias (1)



El tren de los rieles cansados se movía de un lado a otro, tratando de imitar el suave devaneo de las olas en un amanecer de invierno.


Una estación impropia era despeinada por el soplido del día, y peinada luego, por la sombra calma de la luna.


El sol iluminó la historia contada con letras, en las manos de un antiguo viajante, quien pasa nuevamente un periodo atemporal en cada hoja.


Cada línea denotaba lo amarillo de las luchas, el nervio del poder.


Los ojos del gobernador inmortalizaban las toscas palabras. La conquista del desierto de su ser y la perdida del mismo en cada proyectil, en cada caída de un ultimo suspiro exhalado sobre la tierra.
15 sep 2008
18hs
[...Tratando de encontrar el balance perfecto...]